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miércoles, 24 de agosto de 2011

Crisis financiera su consecuencia en Argentina

Crisis financiera, su consecuencia en Argentina

Como el resto del mundo, Argentina también se ve afectada por la crisis, aunque el gobierno lo niega.
La Argentina tiene sobresaltos económicos porque su situación estuvo empeorando en los últimos meses por causas mayormente propias y debidas, básicamente, a los desequilibrios existentes; tanto políticos como económicos. Su expresión más notable es la inflación, que se está manejando luego de hacer lo que el Gobierno decía querer: enfriar la economía.Por si fuera poco y para empeorar las cosas y tal vez para ofrecer una excusa a la actual administración, llegó a niveles monumentales una crisis financiera en los Estados Unidos, que no para de agravarse desde que explotó.
Al parecer los gobernantes no pueden percatarse de que el viento de cola desapareció y luego vendrá viento de frente, y de que conviene cambiar de actitudes.
De acuerdo a Paúl Samuelson, partidario de la economía mixta, “en los últimos tiempos hemos visto que la mano visible del Estado ha reemplazado a la mano invisible de los mercado.La economía puede examinar las virtudes y defectos tanto de las decisiones colectivas como de las elecciones basadas en el mercado pero no puede dar una respuesta a la profunda cuestión política , marcando los mecanismos mediante los cuales una mano invisible basada en criterios morales puede ser más eficiente que otra mano basada en la imposición desenfrenada de normas burocráticas.
Lo importante de todo esto es la relación simple entre las acciones de personas con libre albedrío y por ende las consecuencias sociales que ellas provocan.; por lo que eso se traduciría en la mano invisible del mercado.
Y las decisiones políticas tomadas por un conjunto de gobernantes que no siempre actúan justamente, solidariamente y a favor del bienestar general; esto se traduciría en la mano visible del Estado.
Es distinto que las acciones tomadas individualmente del mercado sean decididas por individuos corruptos e inescrupulosos que por individuos honestos, justos y correctos. Los efectos en consecuencia, producirían resultados totalmente distintos en uno y otro caso. Lo claramente importante es la calidad y sustancia de las reglas. Pues las reglas, deben tener dos propósitos bien claros: confianza y solidaridad. Las finalidades anteriormente dichas valen para cualquier ser humano; de cualquier clase social, con y sin educación ya sea poderoso o pobre. Esta tormenta sólo puede solucionarse si los mercados y gobiernos entiendan que existen reglas de calidad buena y probadas, basadas en toda la experiencia de lo sucedido; llevando la atención hacia los principios morales que hicieron grandes y dignos a los pueblos.

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